Nacido en la ciudad de Siguatepeque, departamento de Comayagua, Honduras el 21 de enero de 1921, Don Elías Padilla, siempre ha sido el primero en todo. Su historia con Zamorano ha durado 78 años, misma que se comenzó a escribir en 1942, al conformar el primer grupo de estudiantes sobre los cuales se cimentó el legado educativo de excelencia y calidad que hoy distingue a su alma máter.
Él fue parte de la primera semilla que sembró Wilson Popenoe y Samuel Zemurray, al fundar la Escuela Agrícola Panamericana. En enero de este año cumplió su centenario de vida y se convirtió en uno de los pocos sobrevivientes de la generación de graduados zamoranos de 1946. A Zamorano llegó con apenas 22 años recomendado por un ministro y el secretario de la embajada “inglesa” en Tegucigalpa, aún recuerda.
De sus vivencias cómo estudiante de la primera promoción, remembra que los primeros tres años de estudio, en aquel entonces, se dividían en prácticas sobre temas de horticultura, agronomía y ganadería. Por su desempeño le permitieron un cuarto año en la especialización en horticultura. “Logramos tener una organización de jóvenes en la preparación de alimentos e inocuidad en el área productora del ganado y una educación elemental para todo el alumnado”, sostuvo.
Don Elías reconoce que lo que más le agrada recordar “es cuando recibíamos los visitantes y les ofrecíamos un recorrido por todas las bellas instalaciones, especialmente a las damas al momento de llevarlas al área de jardinería para que deleitaran las hermosas flores de nuestro jardín”.
A sus 100 años sostiene que la enseñanza más importante que recibió en la institución fue en el área académica en temas de cultivo de huertos, conservación de suelos, barrera de retención, barreras contra viento, climas y métodos de cultivos. Esas prácticas le fueron muy útiles en su vida profesional al momento de realizar extensiones agropecuarias, que consistían en visitar agricultores y ganaderos de distintas aldeas, comentó.
Para Don Elías, conformar la primera generación de graduados fue un verdadero reto, por ser de los primeros en formar parte de una institución tan grande como Zamorano y ser parte de la génesis que cada uno de sus graduandos tendrían al poner en práctica, en sus países de origen.
Historias de Graduados Don Elías Padilla, orgullo zamorano que alcanza el centenario de vida Tras egresar de su alma máter Don Elías sostiene que en aquellos tiempos se vivieron momentos difíciles, ya que la agricultura y la ganadería estaban insipientes. Ante la dificultad que enfrentaba el rubro agropecuario, él no se detuvo y consiguió su primer trabajo en el Servicio Cooperativo Interamericano De Extensión Agropecuaria (SCICEA) donde ocupó el cargo de agente de área agropecuaria a nivel nacional. En lo personal bajo la influencia de Zamorano lo más relevante que realizó fue la organización de jóvenes para las practicas que se denominaban el Club 4S: Saber, Sentir, Soñar, Sobresalir.
“Las futuras generaciones deben seguir dejando el nombre del Zamorano en alto, para que siga siendo una de las instituciones más importantes e influyentes de América Latina”, Elías Padilla, clase 1946.